Las intensas condiciones del mar impactan gravemente en la infraestructura hotelera y pesquera del norte peruano, mientras el Gobierno implementa medidas de reactivación turística.
El fenómeno de oleajes anómalos continúa afectando la costa norte del Perú, especialmente en Tumbes, donde más del 10% de los hospedajes turísticos han sufrido daños significativos. Según el Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER), 26 hoteles han sido impactados por la fuerza del mar, algunos con serios daños en su infraestructura.
La Dirección de Hidrografía y Navegación de la Marina de Guerra informó que el fenómeno de oleajes se extenderá hasta el 7 de enero, prolongando las restricciones para actividades turísticas y pesqueras. Más de 101 puertos han sido cerrados en todo el país, y el acceso a las principales playas del norte, incluidas las de Tumbes y Piura, sigue limitado, afectando los ingresos económicos esperados para la temporada alta.
El Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) atribuyó la intensidad de las mareas a la fase lunar de luna nueva, que incrementa el nivel del mar debido a la fuerte atracción gravitacional entre la Tierra, el Sol y la Luna.
Ante la crisis, la ministra de Comercio Exterior y Turismo, Desilú León, señaló que el Gobierno ejecutará un plan de reactivación con intervenciones rápidas a través del Plan Nacional Copesco. Estas medidas buscan restaurar la infraestructura afectada y garantizar la recuperación de las zonas turísticas.
Entre las acciones anunciadas destacan:
- Créditos blandos para pescadores afectados, con plazos de hasta seis meses.
- La entrega de 12 toneladas de ayuda humanitaria, incluyendo alimentos, kits de abrigo y herramientas para las comunidades costeras más golpeadas, como Zorritos y Sechura.
En Piura, el emblemático balneario de Máncora ha sufrido una transformación radical. El oleaje anómalo del 27 de diciembre destruyó su malecón turístico y convirtió sus playas de arena en superficies cubiertas de piedras, generando incertidumbre entre empresarios y pescadores locales.
Con estas medidas, el Gobierno busca mitigar los daños y recuperar la actividad económica en las zonas afectadas, garantizando la seguridad de turistas y trabajadores costeros durante el fenómeno natural.