No es necesario emprender el viaje a una isla virgen para apartarse del bullicio y reconectar con la paz interior. Guanajuato devela espacios serenos y reconfortantes para experimentar una de las tendencias turísticas más solicitadas en los últimos años: el wellness.
Según el Global Wellness Institute, organismo que investiga integralmente la industria del bienestar, el segmento representó el 5,1% de la producción económica mundial en 2020 con $4,4 billones. Hacia 2025, pronostica un crecimiento anual del 9,9%, con $7,0 billones.
El GWI, considera 11 sectores en la economía del bienestar, destacando en su Top 5 el Turismo del Bienestar, con una derrama de $436 mil millones.
En México, el segmento ha experimentado en Guanajuato un crecimiento exponencial, por lo que merece añadirse alguna de las siguientes prácticas al visitar el destino.
Temazcal, volver al origen
A solo 4 horas desde la Ciudad de México, se encuentra el Ce-Kalli Temazcal & Spa, un centro holístico que emplea técnicas prehispánicas para brindar bienestar a sus visitantes.
Construido sobre un géiser, el principal atractivo de la propiedad es su temazcal, cuyo vapor proveniente de las aguas termales puede alcanzar fácilmente los 50°C.
El desafío que implica la temperatura, se equilibra con los beneficios que proporcionan los minerales que desprende el vapor. Hierro, calcio y sodio están presentes, ayudando a eliminar impurezas, mejorar la respiración e incluso los problemas digestivos.
Fuego, propósito; Agua, energía; Aire, poder; y Tierra, que evoca a la madre, son los elementos de las cuatro puertas, que traducidos en cantos, agradecimientos y peticiones se viven al interior de un temazcal, evocando el regreso al origen, es decir: volver a nacer.
Esta experiencia, pensada en grupos, se enriquece con la presencia de un Chamán, quien guía a los visitantes a lo largo del ritual prehispánico. Los expertos sugieren realizarse durante los equinoccios, aunque se recomienda consultar la disponibilidad para las fechas.
Masaje relajante en una casa del siglo XIX
La propiedad que data del año 1880, opera desde hace 15 años como el Hotel Villa María Cristina. El alojamiento que en sus inicios contaba con tres habitaciones, hoy ofrece 37 suites con el encanto del siglo antepasado, pero con las comodidades actuales.
Al fondo de sus laberínticos pasillos, se localiza un acogedor Spa. Al centro, una piscina techada de estilo romano, refresca a los huéspedes después de una relajante sesión de masaje, el cual puede elegirse con duración de 60 u 80 minutos.
El menú de tratamientos corporales, ofrece estilos como: Hawaiano o “Lomi Lomi”, cuya función es aliviar el dolor de lesiones; Tejido Profundo, para deshacer los nudos musculares; e incluso Thai, que combina el yoga y la acupresión para liberar tensiones.
Otros servicios disponibles son las exfoliaciones corporales con almendras y karité, así como tratamientos faciales que ayudan a eliminar impurezas y mejorar la apariencia de la piel. Las instalaciones también cuentan con jacuzzis, saunas, ducha suiza y vapores.
Recientemente el hotel introdujo sesiones de yoga y meditación. Estas se brindan en el ático que perteneció a la famosa “Casa de las Brujas”, cuya leyenda vale la pena conocer. La construcción fusiona los estilos gótico, neoclásico y Art Nouveau, por lo que resulta disruptiva y fascinante.
Equinoterapia en un rincón del cielo
En Atotonilco se encuentra el Nirvana. Descrito por sus propietarios como “El cielo en la Tierra”, este hotel boutique de nueve habitaciones cuenta con Spa, restaurante con cocina de autor, piscina, y más de 7 hectáreas de naturaleza disponibles para sus huéspedes.
Parte de la misión del lugar, ha sido el rescate y la rehabilitación de animales, por lo que resulta común encontrarse con perros, burros, e incluso llamas disfrutando de un espacio designado para ellos. Pero los caballos son protagonistas de una actividad única en el lugar.
Pensando en los grupos y viajeros de incentivos, la equinoterapia ofrece grandes posibilidades de integración, donde los participantes pueden establecer nuevas formas de comunicación, desarrollar la confianza, y conocer las fortalezas personales.
La dinámica es guiada por una psicoterapeuta, quien solicitará al grupo alcanzar una serie de objetivos que van desde lograr que los caballos se acerquen, hasta coordinar a los equinos para que realicen un galope ordenado. En esta actividad nadie los monta.
Yoga y meditación sobre una cama de cuarzo
Cuenta una leyenda que San Miguel de Allende está asentada sobre una cama de cuarzo. Esta explicación casi mística, podría aclarar por qué muchas personas consideran a la Ciudad Patrimonio como un poderoso centro energético.
Lo cierto es que cada vez más hoteles abren sus puertas a las prácticas holísticas, invitando a los visitantes a hacer de su encuentro con el equilibrio, una parte neurálgica del viaje. Tan importante como descubrir el destino, se ha vuelto descubrirse a sí mismo.
En tardes selectas, el jardín de Rosewood San Miguel de Allende ofrece un espacio para practicar Yoga. Allí, la edad, la condición física o la inexperiencia, no son impedimento, pues la facilitadora permite que cada persona explore sus capacidades hasta lograrlo.
Si lo que se busca es apagar el ruido que ocasionan los problemas cotidianos, la terraza de Hacienda El Santuario invita a una meditación guiada. Los participantes conocerán sus chakras o vórtices energéticos mientras acceden a un espacio de paz y reflexión.