La ciudad colombiana recibe una ola de visitantes que marcan su renacimiento de los últimos años, tras haber superado los episodios de violencia que la signaron hace algunas décadas.
Medellín vive un auge turístico que implica la llegada creciente de visitantes y, con ellos, la apertura de nuevos restaurantes y negocios, además del incremento de la oferta de visitas guiadas.
La ciudad dejó definitivamente atrás el aura de violencia que la persiguió a principios de los años 90. Al mismo tiempo, la explosión de visitantes pospandemia enfrenta algunos desafíos, debidos sobre todo a la inmediatez con que se produjo el fenómeno turístico.
Alejandro Echeverri, urbanista que hace algunos años contribuyó a la reactivación de la vida local, explicó que “todo lo que llega de manera demasiado rápido y demasiado grande genera conflictos”.
“En España, en México y en muchos países se ha dado con especial intensidad y tiene a esas sociedades preguntándose qué hacer. Pero creo que en ninguna parte se ha dado con la rapidez y el impacto que se está generando en dos o tres años en la ciudad de Medellín”, agregó Echeverri en declaraciones a la prensa local.
Medellín recibió el año pasado 1,4 millones de visitantes extranjeros, sobre todo estadounidenses, y por primera vez superó a Cartagena. Entre los turistas que la eligen hay numerosos “nómades digitales”, que aprovechan tanto los cafés como los espacios de trabajo colaborativo que hay en toda la ciudad.
Los visitantes extranjeros valoran la comida, la gente y la cultura local, los clubes nocturnos y el arte de Botero visible en las plazas, pero también se ven favorecidos por el tipo de cambio. Además, “la ciudad de la eterna primavera” está ubicada en un valle a 1500 msnm, rodeada por la cordillera y con temperaturas promedio de 23º durante todo el año.
La construcción de infraestructura y facilidades para la movilidad ayudaron a la vida local pero también atrajeron al turismo. Al mismo tiempo, esto incrementó los precios de los alquileres para los locales, convirtiendo a Medellín en otra de las ciudades donde no es fácil la convivencia a nivel de costos entre la oferta para locales y turistas.