El calendario festivo peruano se ilumina con los vibrantes colores y la efusiva alegría de los carnavales, celebrados entre febrero y marzo.
Desde las áridas montañas hasta las exuberantes selvas, cada región del Perú se sumerge en esta festividad con expresiones culturales únicas que reflejan su herencia ancestral y diversidad cultural.
Esta festividad, que precede a la cuaresma católica, comienza antes del miércoles de ceniza y culmina el domingo posterior, desbordando las calles con personajes emblemáticos como el «Ño carnavalón» o «rey momo», «doña carnavalona» y otros.
Los carnavales no solo son una ocasión para la diversión, sino también una herramienta para promover el turismo.
Con sus trajes típicos, coloridos pasacalles y expresiones folclóricas, atraen a visitantes nacionales e internacionales que buscan sumergirse en la riqueza cultural de estas festividades arraigadas en la participación popular.
Hasta la fecha, 25 carnavales han sido declarados Patrimonio Cultural de la Nación, reconocimiento que destaca su importancia en la preservación de la identidad cultural peruana. Entre ellos se encuentran el Carnaval de Ayacucho, el Carnaval de Santiago de Pupuja (Puno) y el Carnaval de San Pablo (Cusco), entre otros.
Las regiones de Apurímac, Junín y Puno lideran con el mayor número de carnavales reconocidos como Patrimonio Cultural de la Nación, destacando la diversidad y la riqueza cultural de estas zonas del país.
En Ayacucho, por ejemplo, la festividad se caracteriza por sus pasacalles llenos de alegría y color, mientras que en Apurímac se destaca la «yunza» y el carnaval abanquino, con su picardía y participación popular.
En Cajamarca, conocida como la Capital del Carnaval Peruano, la festividad se vive con una exuberancia desbordante, donde la ciudad se llena de música, bailes y carros alegóricos durante más de un mes. Mientras tanto, en Huánuco, el Carnaval Tinkuy celebra la fusión de tradiciones andinas y amazónicas con su característica «guerra de las naranjas».
En la región de Tacna, el carnaval combina la migración andina con la religiosidad católica, mientras que en Ucayali, la ciudad de Pucallpa se convierte en el epicentro de la celebración con sus impresionantes pasacalles y danzas folclóricas.
Estas celebraciones, llenas de historia y tradición, son una oportunidad para disfrutar de la riqueza cultural del Perú y para vivir experiencias inolvidables en un ambiente de alegría y camaradería que caracteriza a los carnavales en todo el país.
