Con calles empedradas, casas blancas y techados de teja roja, el Pueblo Mágico de Comala aguarda por apasionados de viajes así como amantes de la literatura.
Inspiración para Juan Rulfo, en su novela de realismo mágico; Pedro Páramo, Comala invita a transitarse apaciblemente y dejarse invadir por su ambiente bohemio.
En el poblado de Nogueras, una de las paradas obligatorias es la Ex Hacienda que lleva el mismo nombre. Esta joya arquitectónica convertida en museo, resguarda el arte de uno de los pintores más destacados del estado; Alejandro Rangel Hidalgo.
Los amantes de la gastronomía, no deben perderse la oportunidad de visitar sus restaurantes tradicionales, donde se ofrecen platos típicos como el pozole de cerdo, así como la refrescante tuba, que prácticamente es una bebida-alimento.
Entre sus áreas naturales, destaca el Volcán de Fuego, que ofrece caminos circundantes para realizar senderismo. Al finalizar las jornadas de exploración, una alternativa es visitar las aguas termales de la zona, con piscinas naturales para los viajeros wellness.
Los más aventureros, podrán remar una lancha o un kayak en lo que una vez fue una caldera volcánica. Esto es posible en la Laguna la María, donde también se ofrecen otras actividades ecoturísticas para toda la familia.
Por la noche, Comala cobra vida con su animada vida cultural. Los bares y cafés se llenan de música y poesía, creando un ambiente bohemio y acogedor. Las veladas presentan una oferta variada de músicos locales o lecturas de poesía.
Comala, el Pueblo Mágico de Colima, se ubica a 8 horas de viaje en automóvil desde la ciudad de México, o bien a solo 90 minutos desde Manzanillo. Otra ciudad cercana es Guadalajara, a dos horas y media de viaje por carretera.