La emblemática ciudad en la Patagonia argentina se vistió de blanco con la primera nevada del año y está lista para empezar a disfrutar las actividades invernales. Cerro Catedral también acumuló nieve en la cima y la base.
A orillas del lago Nahuel Huapi, recostada sobre la cordillera de los Andes, Bariloche es la capital invernal de la Argentina. Tras una intensa nevada que cayó durante el último fin de semana, la ciudad ya está lista para disfrutar de la nueva temporada con las casas, calles y montañas dignas de una postal nevada.
Con la esperada nieve ya como parte del paisaje, todos los planes se concentran en las vacaciones de invierno del hemisferio austral.
Desde el centro de la ciudad de Bariloche se puede ver el Cerro Otto, famoso por su teleférico y su confitería giratoria, pintado de blanco. En junio, las instalaciones de los complejos del Otto reabren sus puertas y esperan a los visitantes con experiencias fascinantes para toda la familia y vistas panorámicas de ensueño.
Mientras tanto, residentes y turistas ya aprovecharon para hacer juegos con la nieve recién caída, disfrutar con trineos hechos a mano y armar muñecos de nieve.
En el Cerro Catedral, donde funciona el centro de esquí más desarrollado de Sudamérica, se acumuló más de un metro de nieve en las alturas y aproximadamente 50 cm en la Villa Catedral, la base de los medios de elevación. Con estas condiciones, muchas personas aprovecharon para llegar hasta la base para deslizarse en trineo en la plaza y el Play Park.
Esta primera nevada marca el inicio de la temporada de invierno en Bariloche y el comienzo de una nueva etapa para los negocios locales: los hoteles, complejos de cabañas, restaurantes y comercios de Bariloche están listos para recibir a los visitantes y brindarles experiencias inolvidables. Se estima que las nevadas continuarán en las cumbres durante el próximo fin de semana.
Los pronósticos favorables para la caída de nieve en los cerros, las distintas promociones existentes en alojamientos, sumado a las novedades en los centros de nieve y la conectividad aérea nacional e internacional (con Chile y Brasil), permite a la ciudad mirar con optimismo hacia la temporada de invierno.
