Una nueva investigación alerta sobre el “sobreturismo” en el archipiélago, de la mano del alquiler de habitaciones, sin regulación, a través de la plataforma Airbnb.
La sobrecarga del turismo en las Galápagos puede tener efectos ambientales negativos, a medida que crecen los visitantes que se alojan en tierra en las famosas islas, una opción más accesible pero cuyo impacto es más difícil de controlar.
Una investigación reciente del Parque Nacional Galápagos y la Pontificia Universidad Católica del Ecuador encontró, por ejemplo, que las tortugas de la isla Santa Cruz consumen plásticos y otros desechos, ya que se alimentan en lugares con huellas antropogénicas.
Si en el pasado las visitas a las islas se hacían en barco, y los turistas dormían en embarcaciones para limitar el impacto ecológico de la actividad, ahora es cada vez más accesible visitar y alojarse en tierra en las Galápagos. Esto se debe a la multiplicación de pequeños hospedajes y hoteles, además de las operadoras turísticas que tienen sede en los centros urbanos del archipiélago.
El Parque Nacional Galápagos informó que 304.185 turistas visitaron las islas de enero a noviembre de 2023. Incluso sin considerar el último mes del año, esta cifra ya supera a todo 2022, cuando hubo 268.403 llegadas de turistas.
De ese total de 2023, 140.709 fueron turistas ecuatorianos. El 70 % de los visitantes en 2023 se hospedó en tierra y el 30 % en barcos.
“Si tenemos estos turistas de sol y playa, ya que van a venir, tratemos de que tengan otras alternativas también”, explicaron a la prensa fuentes encargadas del ambiente, que hicieron hincapié en el turismo regenerativo o el desarrollo de proyectos locales.
“Seguramente ya estamos más allá de lo que sería compatible con turismo sostenible que permita la conservación de las especies que habitan ahí”, dijo Santiago Ron, de la Pontificia Universidad Católica de Ecuador, por lo cual debería haber cada año un número limitado de turistas.
Entre las posibles medidas regulatorias se encuentra subir el canon de ingreso a las islas, pero la medida no es popular entre los residentes de las Galápagos. Por su parte autoridades locales consideran ser más selectivos en el tipo de turista que se recibe, para bajar la demanda de servicios y recursos, que ya es “exorbitante”.
El 9% de la oferta de hospedajes en Galápagos es informal y proviene de aplicaciones como Airbnb, en tanto el archipiélago busca establecer un nuevo plan de regulación hotelera contemplado para 2023-2030.