El efecto de los incendios en el centro-sur del país tuvieron un fuerte impacto en el balance turístico y afectó especialmente al gremio hotelero en el año que debía marcar la recuperación.
Aunque esta temporada de verano debía ser aquella que signara el regreso a la normalidad del rubro turístico después de la pandemia, varios factores confluyeron para modificar la expectativa.
En primer lugar, los incendios forestales en el centro-sur del país. “Esta es una catástrofe que viene a sumarse a los malos años que se han vivido, primero por el estallido social, luego por la pandemia. Esto los deja bastante golpeados, es bien desastroso”, dijo la Subsecretaria de Turismo, Verónica Kunze, en declaraciones a la prensa.
Por un lado se cuentan los daños directos en infraestructura y ganado; por otro los incendios repercutieron en la merma de la demanda turística y la cancelación de viajes.
Es por ello que el objetivo del Gobierno es conocer la magnitud de las pérdidas «en promedio está en el orden de un 60 % y 70 %. Hay casos en un 100 % y otros un poco más abajo y la idea es tomar el pulso de esta afectación» puntualizó la subsecretaria.
En el caso de quienes hayan sufrido una afectación directa, se buscará aplicar instrumentos específicos de Corfo y Sercotec, además de trabajar con el Ministerio de Agricultura y el Banco Estado.
Para aquellos que hayan sufrido una afectación indirecta, Kunze dijo que se quiere trabajar en una «planificación de programas y actividades que permitan extender la temporada alta hasta Semana Santa y poder realizar otras acciones coordinadas durante todo el año que permitan atraer esta demanda que no se realizó durante febrero».
En algunos destinos del norte del país también es baja la ocupación: “Comparando lo que ocurría antes de la pandemia con la actualidad, hay casi un 40 % de las visitas. Ha bajado mucho en comparación a un año normal”, dijo Silvio Zerega, director de la Corporación Museo del Salitre, que administra la Oficina Salitrera Humberstone.
